No sé si seré un mal profesor, o uno bueno. Siempre llego cinco minutos antes de la hora, o ahora un poco antes porque he empezado a almorzar en el cole porque ando en crisis por culpa de una mala inversión. Trato de hacer lo mejor en cada clase, aunque los alumnos son super flojos y la mayoría solo se dedica a huevear. A la hora del recreo voy volando al quiosco a tomarme un cafecito -cuando estaba en el 7080 no lo hacía, no sé cómo pude soportar cinco inviernos sin un café a las cuatro, será que el hombre se adapta a todo-, a la hora de la salida me voy volando, no soy de los que se quedan a chismosear, tampoco soy de los que va con chismes a la dirección, solo trato de cumplir con mi labor, no soy de los que citan a los padres de familia, tampoco dejo planas, no llevo a los alumnos a la dirección, a menos que sean en casos extremos. No sé si seré un mal profesor, bruto no soy, hasta el momento he ganado dos veces el primer lugar en el Premio Horacio del Magisterio Peruano, y eso no lo ha hecho ninguno de mis colegas, ni los más inteligentes. No sé si serán unos pobres y tristes huevones, o les gusta su labor, pero, lo que es yo, así como estoy me siento tranquilo conmigo mismo.
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