Han pasado 21 años desde que Abimael Guzmán fue atrapado. 21 años confinado en prisión. Tiempo suficiente para meditar en todo el daño que le hizo al campesinado por el cual decía luchar. ¿Se arrepentirá de tanta maldad, de tantas muertes? En diciembre cumplirá 79 años, el otro año tendrá 80, ya está viejo, unos años más y morirá. ¿Le temerá siquiera a la muerte? Me imagino que sí porque el cobarde, al momento de caer, ni siquiera fue capaz de defender su libertad a balazos como lo hubiera hecho el Che u otro revolucionario que se respete.