Se acaba setiembre. A pesar de la crisis que se me viene por la mala inversión que hice, no me puedo quejar porque me ha ido bien. Ya dejé mi novela para el concurso, lo hice personalmente porque la vez pasada el correo me falló, aunque sospecho que una mano negra movió sus influencias para cagarme, pero me llega. Después me puse a pasear, comí un enorme plato de mote, dormí, venía de mi paseo y empezó a llover torrencialmente. Es lindo esta lluvia de gotas enormes que en un segundo todo lo moja. Es lindo ver las pistas convertidas en ríos, aunque terminé empapado, y como no traje mucha ropa, me vine a una cabina.
Hace una semana fueron los 50 años del Inei, pero me llegó a las pelotas y una semana después estoy aquí. No sé si sea un privilegio o lo que sea, pero es lindo estar lejos de tanta mierda.
El 28 fueron también 11 años desde nuestro regreso con mamá y Nacho de la única visita que hicimos a nuestro pueblo. Qué rápido han pasado los años, ahora mamá ya no está y Nacho es un jovencito de quince años.
Afuera sigue la lluvia.
Hace una semana fueron los 50 años del Inei, pero me llegó a las pelotas y una semana después estoy aquí. No sé si sea un privilegio o lo que sea, pero es lindo estar lejos de tanta mierda.
El 28 fueron también 11 años desde nuestro regreso con mamá y Nacho de la única visita que hicimos a nuestro pueblo. Qué rápido han pasado los años, ahora mamá ya no está y Nacho es un jovencito de quince años.
Afuera sigue la lluvia.
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