Hace un mes, fue el último cumpleaños de papá. Estaba en el hospital y no lo fui a visitar. Era domingo, me había pasado los días anteriores yendo y viniendo del hospital. Debí ir, pero no lo hice. En el fondo de mi corazón tenía la esperanza que sanaría y volveríamos a ir a la Huacachina, a nuestro pueblo. No podía adivinar que solo le quedaban once días de vida.
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