EspaInfo.es

espainfo.es
estamos en

domingo, 1 de febrero de 2009

15 poemas


A Paola

1
Fui arrojado a la tierra,
me llamó la lluvia
y salí en busca del sol.
Me hice árbol,
de mis ramas brotaron palomas
y niños desnudos.
La tierra estéril
tenía lágrimas.

2
Una sirena cabalga los mares esta noche.
Canta.
¿A quién busca?
Retoza en la arena.
Gime.
Hay un cerco de buganvillas
que no puede cruzar.
Hay asfalto, un parque
donde se pierden
las huellas de los caracoles.
Llama.

3
¿Quién toca mi puerta cuando estoy ausente?
¿Quién llama cuando no escucho?
¿Quién invoca la lluvia
cuando no necesito beber?
¿Quién siembra rosas en mi jardín
cuyas espinas ya no me herirán?

4
¿Dónde habitan
las gaviotas y los peces dorados?
¿En tus cabellos de sol
o en tus ojos marinos?
¿En el vaivén de tus senos
o en el silencio de tus islas?

5
Amanecer,
esperaba la mañana,
ver el sol
trepando por las buganvillas,
dándole forma a los gatos,
amarillando los fotos,
haciendo visible
el paso de los años.

6
Desde mis ojos
veo el adiós de tu sombra,
tu aroma a geranios,
tu piel desnuda
que se hace arena
cuando cruzas
debajo de un eucalipto.
Trastabillas en una piedra
cubierta de musgo.
Sonríes y cantas
como las sirenas
en los muelles solitarios.

7
Hay un castillo de arena
que soñaste un día
del último verano.
Hay una sandalia tuya
cubierta de algas.
Hay una playa
donde no habitan
ni las gaviotas
ni los lobos marinos.

8
Llegas a mi playa
como la marea,
como un navío extraviado,
como uno de esos días
que nadie espera.

9
De mañana,
con luz natural,
de noche,
con una lámpara a kerosene,
a veces en las tinieblas
buscando en el cielo raso
ángeles de alas celestes,
nacen de mis manos hormigas,
centauros, unicornios,
una mujer desnuda,
unas lágrimas
por la madre que marchó
a su cita con las estrellas.
Nacen buganvillas,
nardos, un sauce
doblado por el peso del tiempo.

10
El silencio
contará que estuviste aquí,
en la tierra fresca
hay huellas de tus zapatos.
Las tardes
sabrán de tu ausencia.

11
Llueve como siempre en otoño,
las hojas de los sauces y molles
lucen límpidos.
Los días son grises.
Una taza de café a mediodía,
una chalina para mitigar el frío.
Llueve como siempre,
quizá es la misma lluvia
que mojaba tus cabellos,
que humedecía el barro
con el cual moldeabas
extrañas figuras.
Quizá es la misma lluvia
que un otoño compartimos.

12
Dibujabas tus versos en el aire,
pájaros, orquídeas,
tortugas, un viejo piano,
unos leños en la chimenea,
un sauce llorón,
un río discurriendo
entre las piedras pulidas.
Una tarde gris,
un columpio, unos niños,
la primavera, el verano,
unos peces muertos,
la marea, la luna,
una melodía.

13
Es viento, es sed,
es vida, es silencio,
es oscuridad.
Muere con el alba,
sacia su sed con el rocío.
Es grito, es rencor,
es una hoja doblada,
es un lápiz
olvidado en la oscuridad.
Llega de improviso,
llama y se va.

14
Y yo te seguiré queriendo,
en mis recuerdos
tus cabellos se vestirán de plata,
en tu rostro
el tiempo abrirá surcos
de donde brotarán rosas y palomas.

15
Tú que miras el mar
sabes de puertos lejanos,
de ballenas en agonía,
de feroces tiburones,
de sirenas enamoradas
que le cantan a los centauros,
de tardes en las que el sol
muere herido por el puñal
de la indiferencia.
Como siempre, con una canción, esta vez Andrea Bocelli y Judy Weiss interpretan "Vivo por ella".

No hay comentarios:

Publicar un comentario