Si hace una semana estaba cagado, y lo estuve durante toda la semana, hoy fue un buen día. Reescribí seis hojas de "El cazador nocturno", una novela negro-criminal, policial, aunque lo de policial no creo porque ya no habrán policías, la policía que iba tras la pista del asesino -que soy yo mismo-, la he convertido en la hermana de la primera puta asesinada. Escribí dos hojas en la mañana, dos en la tarde y dos en la noche. Por lo menos me habré pasado cinco horas escribiendo. Estoy aprendiendo a ser disciplinado. Hice una pausa para pintar al Zambo Cavero que le han pedido a Diego en el cole, después dormí la siesta, después chateé un poco con Yajaira, con quien estamos planeando escribir-dibujar una novela gráfica, ella pondrá las viñetas y yo el guión, chismoseé con Lidia y Melba, y nada más, el día se va terminando. Menos mal que terminé mis registros y ahora todo mi tiempo es para mí.
Como decía, ya estoy sano. Desde el sábado pasado estuve mal. Lunes y martes estuve a punta de dieta, agua y jugo. Recién hoy el cuerpo empezó a funcionar bien. Ojalá que esta mejoría me dure un buen tiempo porque es cagado estar enfermo. El lunes en la mañana estaba mal, aunque en la tarde bailé con alguien especial porque en el cole se presentó el grupo Yawar y me volvieron los ánimos, pero igual estaba mal, hasta ayer, en que estaba más o menos. Ahora sí ya estoy bien. Gracias a los que se preocuparon por mí, el resto que se vaya a la mierda.
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