Sirven para hacernos pisar tierra, para abrir los ojos y ver que no somos los únicos, que hay otros a nuestro alrededor, que no somos genios, que si una vez -o veinte veces- ganamos, habrán ocasiones en las que perderemos, que debemos seguir esforzándonos, que debemos trabajar más todos los días, que las victorias anteriores no fueron producto del azar sino del trabajo constante, cotidiano, que así como gozamos con la victoria, habrán momentos en que la pasaremos mal, que nos deprimiremos, pero hay que seguir, todavía la vida es larga, todavía tenemos mucho para dar, que debemos mejorar para volver a disfrutar de una victoria.
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