Una casita en la playa, el mar turquesa a un paso, la arena blanca, las gaviotas surcando el cielo azul… María joven, llena de vida, con el rostro risueño, siempre gordita mi María. ¿Cuántos años tendría esa vez que la vi con mi papá cuando pasamos frente a su chacra? ¿Tres, cuatro? ¿Estaría como Bere o como Nela? Buenos días, taita Ignacio, le dijo a mi papá. Buenos días, hijita, le dijo mi viejo. ¿Quién es esa gordita, papá? Es María, la hijita de taita Julián Palomino, el Uchu Mayor. Yo estaría como Nacho, o como Diego, sería antes de irme a Huanta ¿Hace cuántos años ya de eso?... Setenta años por lo menos… fue la primera vez que nos vimos, María no se acordaba… Este aparato no me deja respirar bien, me reseca la garganta. Un poquito de agua, mi barriga parece fuego. Me han puesto una sonda para orinar. ¿Hace cuántos días que estoy aquí? La playa, siempre el sol, las olas inmensas de ¿Cruz Verde o de Pisco Playa?… A Nacho y a Diego les gusta el mar, también a Arolín… María, todos nuestros hijos: Carolina, Mariana, Arolín, John, Flora, Dora… También Juan Ignacio y Eva Cristina… Y ese bebito que abortó en forma espontánea y yo guardé en una botellita azul… Habríamos tenido nueve hijos… Juan Ignacio hubiera cumplido cuarenta y ocho años el 20 de febrero, hace casi un mes ¿Qué hice con la botellita azul?, ¿la enterré en el jardín o la tiré a la sequia?... Creo que la llevé a Medialuna para enterrarlo junto a Eva Cristina… También estarán mi mamá, mi papá, los padres de María, taita Julián y mamacha Felicitas… Los terrucos la mataron en Jiljarajay, también a Anacleto… A Graciela la mataron los cachacos en Acobamba junto a Juan Rejano, el esposo de Teodora, los quemaron vivos, Victoria y Blanca lo vieron, los cachacos les dieron de comer carne de gente como si fuera chicharrón… También estarán Lauro e Inquicha… y todos nuestros nietos: Cristian, Álvaro, Daniel, Renato, Sebastián, Rodrigo, Nacho, Diego, Bere, Nela… y los hijos que algún día tendrá Arolín… ojalá que encuentre una cristiana y pueda ser feliz como no lo fue John… Algún día se tiene que casar… seguro le bromeaba a su mamá cuando le decía que no le gustaban las mujeres… no quería que su mamá sufriera pensando que a él también le iba a ir mal con una mujer… Mariana miente cuando dice que Arolín es maricón… Me duele todo el cuerpo… en el reinado de Jesucristo ya nadie estará enfermo, adolorido, todas esas cosas serán del pasado, habrá un nuevo cielo, una nueva Tierra, la Tierra será remozada, nosotros mismos sembraremos para comer, criaremos nuestros animales, ya no existirá el dinero ni tiendas ni bancos ni carros… Yo he sido panificador, sé de agricultura, mi padre era campesino, sé de animales… Mi sueño era criar chanchos en Tincuy, alimentarlos con tunas para que estén gordos y saludables Todos mis nietos, nuestros nietos, María… hasta ese hijo que John tiene botado… Mariana dice que el otro día fue a la casa una chica con una citación de la Demuna, ha denunciado a John pidiéndole alimentos para su hijo… ¿Cómo se llamará esa criatura? Menos mal que ya no estás aquí porque sino Mariana te diría tu hijo es un cachero, un sinvergüenza, un bueno para nada, y tú llorarías, sufrirías… se te subiría la presión arterial, morirías, te morirías ¿Cuánto tiempo ya de tu ausencia?… Desde el 22 de julio del 2005… era viernes ese día… a las cuatro de la tarde te moriste… antes te desmayaste… en el cuarto de Dora, estabas cuidando a Bere, Mariana parió y te puso de su niñera… Yo también la he cuidado a esa chiquita a cambio del rincón que me dio para dormir… Qué no hemos hecho por necesidad… Ese día almorzamos a las doce como siempre, los chicos ya estaban de vacaciones, Arolín se había ido a trabajar temprano, tenía desfile en Vallecito, faltaban unos días para las Fiestas Patrias… ¿A dónde iremos a pasear, Juandi?, me preguntaste… Me decías Juandi, Juandicha… Íbamos a ir a Matucana, en enero iríamos a Huanta, hasta allí ya estarías bien… John iba los fines de semana a Huanta a dictar clases… Un mes antes habías sufrido un derrame cerebral, te desmayaste en Chosica… estuviste internada dos días... volviste a la casa un mes exacto antes de tu entierro María sabía que se iba a morir… Un día vinieron los bomberos, una enfermera o una doctora, creo… Siempre llamábamos a los bomberos cuando teníamos una emergencia… Reunieron a la familia, ¿estarían Mariana y Carolina? Creo que estaban peleadas, Arolín había ido a su trabajo… Arolín estaba peleado con Carolina y Jonás… Jonás le quiso pegar porque le hizo una broma a su hijo… Jonás y Carolina odiaban a los chicos, no dejaban que jugaran con sus hijos… Mariana también los odiaba… Cómo odia a Nacho, lo desprecia, le dice porquería… como si no tuvieran la misma sangre La vida de su madre pende de un hilo, les dijo la doctora de los bomberos… María me lo repetía: me he salvado por un pelito, la próxima que me desmaye, me moriré… Pobre María, sus hijos fueron su cruz. Mariana sabía que la presión alta es una enfermedad peligrosa y siguió atormentando a su madre, Carolina también, y Jonás también… todos ellos han estudiado enfermería, solo Carolina no ejerce. Cuántos habrán muerto de derrame cerebral en sus hospitales. Ellos la mataron, mataron a mi María… me quitaron a mi María, a la mujer que amaba… ¡Malditas sean esa prole de víboras por el resto de sus días! Me llevaban al chifa y María se quedaba mirando, me invitaban a su casa a celebrar sus cumpleaños y a María nada… John se peleaba con su mujer y Mariana le reclamaba a María como si ella fuese la culpable… Se iba donde la vieja Angélica y venía con sus chismes. ¿Así es mi hermana espiritual esa vieja desgraciada? Se encerraba horas y horas con Carolina para chismosear… ¿Será cierto que Arolín estuvo con una madre de familia cuando enseñó en el López Albújar? Así le dijo Mariana a su mamá: tu hijo ha estado con una madre de familia, por su culpa la señora se ha separado de su esposo, ahora dice que la directora no lo va a contratar nunca más… Puras calumnias para atormentar a su mamá porque cuando Arolín ganó el Premio Horacio el 2004 la directora lo invitó para que fuera padrino de la biblioteca del colegio… Puso el nombre de nuestro hijo a la biblioteca… Mariana terminó de comadre de esa señora, una gorda con cara de chancho… Qué se iba a meter nuestro hijo con esa mujercita. A él seguro le gustan las chicas inteligentes y bonitas, por eso no está con nadie… Es mentira que no le gustan las mujeres… cómo va a ser maricón mi hijo, mi mejor hijo… No soy tan huevón para estar con una mujer con hijos, le dijo Arolín a su mamá, ¿acaso me he matado estudiando para terminar manteniendo hijos ajenos? Además, el hombre llega hasta donde la mujer se lo permite… También es mentira que estuvo con una alumna. Porque escribió una novela donde la alumna está enamorada de su profesor Mariana dice que estuvo con una chiquilla… Arolín es el más inteligente de los Gastelú Palomino, gana su plata escribiendo, publicando libros… Algún día se irá a España, conocerá a una mujer que le guste y se casará y tendrá hijos… Porque ayudaba a la casa con la bolsa de víveres que le daban en el hospital Mariana se creía con derecho para meterse en la vida de los demás, para destruirle la vida a su madre, para destruirme la vida… Nadie se metía en su vida y ella sí tenía derecho a meterse en las vidas ajenas Yo estaba en el cerro regando las plantas cuando vi a Jonás ir corriendo a la cocina, después a Carolina, después a Arolín, que acababa de llegar de su trabajo. Pensé que de nuevo se estaban peleando, que los chicos les habían pegado a sus hijos… Como no oigo bien, no podía escuchar lo que estaba pasando… Después vi a la señora Falcón, amiga de María, y a su nuera… ¿cómo se llama? y a Katimba. Qué estará pasando, pensé. Bajé a ver: María se había desmayado. A duras penas logramos sacarla hasta el auto de Katimba, pesaba bastante. La llevaron al hospital de Miguel Grau Mi mamá ha fallecido, nos dijo Arolín cuando regresó. Estábamos cenando… Le dio un derrame cerebral… Se desmayó y ya no despertó nunca más. Ni siquiera se dio cuenta que se estaba muriendo… Mi María Días antes vi su ánima… o noches antes más bien. Después de ver las noticias fui a cepillarme los dientes. Vi que María iba como para detrás del antiguo gallinero. Estará yendo a orinar, pensé. Terminé de cepillarme y no regresaba. Habrá ido a recoger la ropa, pensé, pero nada, no regresaba. Carajo, ¿habré visto visiones? Fui a la cocina: allí estaba María conversando con Mariana. ¿Has ido a orinar?, le pregunté. No, me dijo. Pero si te he visto ir detrás del gallinero. Ya estaré andando, dijo, estaré recogiendo mis pasos… No le hubiera contado que la vio, me dijo la señora ¿Martha, o Alejandra? Otra vez la vi unos días después que murió. Yo entonces dormía en mi choza. Apagué la luz para dormir, y la puerta se abrió y entró María. Estaba igualita, toda gorda, sonriente. Se sentó en la orilla de mi cama y empezó a quitarse la ropa como para dormir. María está muerta, pensé, ese debe ser el diablo… María, Jehová Dios dice que los muertos están descansando en sus tumbas conmemorativas hasta el día del Juicio Final, le dije. ¡Fuera, Satanás! María se levantó, abrió la puerta y se fue… María, estuvimos juntos cuarenta y seis años en las buenas y en las malas, andando aquí y allá como gitanos, en Vitarte, en Cangari, en Huanta, en Huachipa, en Ñaña, en Chaclacayo, en Cocachacra, en la Pampa… Quizá no debí de haber renunciado a la FAM, vendido la casa… Esa fue nuestra ruina, pero igual estuvimos juntos, no como Emilia que lo bota a John cuando llegan las vacaciones y no le pagan en el colegio particular La velamos en la casa de Mariana. Toda la noche nos pasamos subiendo al techo los ladrillos para limpiar la sala, amontonando la arena debajo de la escalera. ¿Vino John a ayudar?... Qué va, ese es un flojo… La trajeron a las seis de la mañana… María en un cajón… María muerta… Tan buena que era, tan hacendosa, siempre juntos en todo, comiendo o no comiendo… Una vez no conseguía cachuelo y toda una semana comimos arroz con calabaza china que daba en el jardín… Me compraba mis camisas manga larga donde don Pérez, al crédito… Trabajó donde don Caldas, donde doña Julia Abarca, donde la señora Olga… todo por los hijos… por esos hijos desagradecidos… Vino bastante gente a su entierro… María… La llevaron en hombros al cementerio… Me quedé solo después de cuarenta y seis años de haber estado juntos… Arolín le mandó hacer una lápida bien bonita con la plata que ganó en el Premio Horacio… Nadie le ayudó, nadie dio un sol… John tenía plata, se había hecho un préstamo de un banco, agarró a su familia y se fue a Huanta… Se le terminó la plata y su mujer lo botó… esa perra por cuya culpa María sufrió bastante… María se dio el gusto de jalarle de las mechas. La noche del velorio Emilia se metió a dormir a la cama de María y María le jaló de los pelos… Se murió disgustada con esa mujercita… Quién iba a pensar que era una víbora, que engatusó a nuestro hijo. Por culpa de esa mujercita hasta estafador se ha vuelto… Si se hubiera casado con la hermanita Loida habría sido feliz. Esa sí era una chica que valía la pena Una gota de agua… tengo seca la garganta… Cuando le paguen a Arolín iremos a Chincho, pero es lejos. Tendríamos que ir por Julcamarca, yo conozco el camino, todo es en bajada… O por Huanta, vamos y descansamos un par de días donde Susana, salimos tempranito y llegamos antes que oscurezca… O podemos ir a Cangari donde Irma y vamos por la orilla hasta el puente… Antes, cuando no había puente, mi papá cruzó el río Cachi llevando un fantasma en sus hombros. Era una madrugada, todavía estaba oscuro, iba a Huanta con sus burros. Pasando mama Bini los animales se negaron a dar un paso más. ¿Qué pasa, carajo? ¡Avancen! Fuete y más fuete y nada, los burros parecían clavados en el suelo… Con las primeras luces del alba vio que un hombre estaba en la orilla del río. Iba y venía como tanteando el agua para ver si se animaba a cruzar o no. ¿Sería un borracho? ¿Desde cuándo los burros se asustan con un borracho? Lo saludó. El hombre le contestó con una voz que no era de este mundo… A mi viejo se le pusieron los pelos de punta. El fantasma le pidió por favor que lo ayudara a cruzar al otro lado. Mi viejo aceptó… Era valiente mi viejo. De un salto el fantasma trepó sobre sus hombros… Se metieron al agua. El fantasma no pesaba nada, parecía de aire, pero cómo le castañeteaban los dientes y se estremecía todo cuando mi viejo trastabillaba en una piedra resbalosa amenazando con darse un buen chapuzón. Hasta que por fin llegaron a la otra orilla. El fantasma saltó a tierra, le dio las gracias y se fue apuradito con dirección al cementerio de Cascabel… Yo vi un fantasma cuando era niño. Siempre iba a dormir donde mi abuela Cristina y me volvía temprano a mi casa. Un día me despierta mi abuela y me dice Juan, ya vaya, ya está amaneciendo. Estaba yendo por el huayco, cuando vi venir a un hombre que se parecía a mi tío… ya ni me acuerdo su nombre. Yo estaría como Bere, o como Diego. Buenos días, tío, lo saludé. No sé qué murmuró que me asusté y eché a correr. Más allacito volteé y vi que crecía y crecía y después se cayó de un solo golpe. Te hubiera tragado, dijo mi mamá. Eran como las dos de la mañana, mi abuela se había confundido de hora porque había luna llena… Mi abuela Cristina me quería bastante. Mi negro, me decía. Mi papá, cuando se amargaba, decía ese negro qué va a ser mi hijo. Yo había salido a mi abuelo Marianito: crespo y prieto, en cambio mis hermanas eran blancas, Julia es rubia… Lauro también era blanco, crespo, se parecía al Che Guevara Subiríamos el Pauca por el camino de los animales, ir por Runañan es peligroso, está lleno de abismos interminables. Esa vez que María fue con Arolín y Nacho a duras penas llegaron. Caminaron todo el día… Es que es lejos. Una vez casi muero cuando me dijeron que mi papá había muerto y fui como loco… Desde la cima del Pauca ya se ve Chincho, aunque todavía se tiene que ir un trecho más y pasar Chullayacu. Desde allí también se ve el Razuwillca, más allá de Huanta… Una montaña blanca, lejana. Por allí está Uchuraccay, una vez llegué haciendo trueque. ¿Fui con taita Julián? ¿Por qué nos separamos? Fui siguiendo a los burros que, menos mal, conocían la ruta porque al día siguiente, de regreso, recién vi los abismos que se abrían a un paso del camino… Porfirio se cayó hace unos años, se salvó porque la mochila que llevaba se atracó entre las rocas deteniendo su caída… Quién como Porfirio que está feliz en Chincho. Estaba bien mal, se operó de los ojos y ahora está mejor que yo. Es que en Chincho el aire es puro, el agua es limpia, no necesita que le echen nada para beberla… Saldré de aquí y volveré a mi pueblo… ¿Hace cuántos años que no voy por el Pauca? Desde que nos vinimos a Lima en 1970… Hace casi cuarenta años ya El cortejo fúnebre bajando por el polvoriento camino de La Realidad… Treinta y seis años caminando entre el polvo, tomando agua sucia, tragando polvo, escarbando en la tierra dura para clavar unos troncos para levantar nuestra choza, rompiendo las rocas para ganar un poco más de terreno… Todo por culpa de las brujas… Llegar al cementerio… Dejarte allí, María… María… María… Nunca más pudimos volver a Jiljarajay, a Huanta desde ese viaje de hace veintinueve años ya… ¿Por qué tuviste que morirte antes que yo? Apenas viviste sesenta y nueve años… Yo he vivido trece años más que tú. Para tu último cumpleaños nos fuimos a Cocachacra con Nacho, Diego y Bere… Nela todavía no había nacido… Arolín te dio cincuenta soles… Siempre nos daba propina en nuestros cumpleaños… A él nunca le ha interesado la plata, se lo gana escribiendo, pensando, leyendo, escribiendo tranquilamente escuchando música… Por eso lo odiaría Mariana… Mariana dice que nunca leerá ni una palabra de lo que escribe Arolín… Fue un día bonito, al día siguiente los chicos volvían al colegio… Arolín les compraba sus útiles, les sigue comprando… les compra hasta el último lapicero… Nacho ya está en primero de secundaria, Diego está en quinto de primaria… Van a ser profesionales como tú querías… para que Mariana y Carolina se traguen su orgullo, para que Jonás se muera de cólera… no van a ser jardineros, albañiles o mototaxistas como les gustaría… Arolín me lo ha prometido como te lo prometió a ti también… Allí están Carolina y Arolín… Carolina lloriquea… papá, papito… No llores, hija, le quiero decir pero no me salen las palabras… Tengo seca la garganta, la mascarilla del oxígeno no me deja hablar… ¿Trajeron el papel y el lapicero que le encargué a Mariana?, les digo por señas… Arolín saca una hoja blanca y un lapicero negro… Carolina le da un libro… Quiero escribir… quiero escribir pero las manos me tiemblan… no puedo sostener el lapicero… Carolina me sostiene la cabeza Tengo que escribir… escribir… Carolina deja caer mi cabeza en la almohada, llora… no lloren, no quiero que Mariana me haga misas como le hacía a su mamá… Le he sido fiel a Jehová más de la mitad de mi vida… desde ese día en que don Pedro Vargas me regaló una Biblia cuando estábamos a punto de partir a la sierra… Siempre es bueno leer la Palabra de Nuestro Señor, don Juan de Dios… Eso fue… fue a comienzos de… de 1967… Yo iba a cumplir cuarenta años… María tenía treinta y uno… María… Jehová me devolvió la salud, las fuerzas… derrotó a las brujas, al brujo… a los brujos que me arrebataron a Juan Ignacio y a Eva Cristina… Juan Ignacio era un niño hermoso… es un angelito, su lugar es el cielo, decían cuando lo miraban… Hubiera tenido cuarenta y ocho años… Háblenle, les dice la enfermera, todavía les puede oír y entender… Iremos a Chincho, papá, me dice Arolín… ¿Cómo se llama el tipo que le estafó?... Vinces… le dijo que había ganado un concurso hace un año y hasta ahora todavía no le paga… debería de denunciarlo… Las manos de Arolín en mi rostro… Deben quejarse a la Administración, les dice un hombre, no puede ser que en tantos días no le hayan vuelto a colocar la sonda si es sencillo hacer eso… Le puede dar una infección… Ya volvemos, papá. Carolina y Arolín se van Ya no se preocupen por mí. No le tengo miedo a la muerte. La muerte no es el fin, al contrario Del polvo fuimos tomados y al polvo volvemos Pero los que conocimos la Palabra inspirada de Jehová tenemos la esperanza de la resurrección Las trompetas del Armagedón resonarán en los cielos y las tumbas conmemorativas se abrirán para dejar salir a sus ocupantes Los que le fuimos fieles a Jehová, los que perseveramos pese a las tentaciones que nos tendía Satanás, seremos recompensados con un nuevo cielo y una nueva Tierra La Tierra será hermoseada Una casita junto al mar que construiré con mis propias manos para vivir con mi mujer y mis hijos, todos mis hijos… Sembraremos lo necesario para alimentarnos. Los troncos que vare el mar nos servirán para cocinar nuestros alimentos, me haré un horno para cocer nuestros panes… cachitos, rosquitas, chaplas estoy seguro que la chapla les gustará a mis hermanos Me gustaría tener como vecinos a los hermanos Haro y Soto, al hermano Manchego, a la hermanita Luzmila, a la hermanita Clarisa… que los Lezameta estén lo más lejos posible… A los Matos ni los quiero ver Pero para qué preocuparme, ya no existirá el egoísmo, la maldad, la hipocresía, la indiferencia, el orgullo Todos seremos perfectos en cuerpo y alma a la manera de nuestro señor Jesucristo Seremos bondadosos con nuestros semejantes como Él lo fue con nosotros ¿No es eso maravilloso? Podremos conocer a Abel, a Abraham, a Moisés, a Isaías, al rey David, al rey Salomón, a Noé, a Samuel, a Daniel, a los apóstoles… Carolina y Arolín regresan… Carolina lloriquea… Se va… Arolín toma mis manos, inclina el rostro, murmura… murmura… ¿estará rezando?, ¿volverá a creer en Jehová? Es mentira que en La Cantuta se volvió comunista, que ya no cree en Dios… sus ojos se llenan de lágrimas… las lágrimas ruedan por sus mejillas… tiene la mejilla izquierda lastimada… estaba aprendiendo a caminar, tropezó y se cortó con la puerta de calamina… Mis manos en sus manos… en sus manos tibias… Mi mejor hijo… nuestro mejor hijo, María… Mi hijo vale oro, decías, María Terminó su carrera como querías, sacó su título como querías, se nombró como querías… Siempre rezo por él para que vuelva a la senda del Señor, para que abra su corazón a la Palabra que lleva a la vida eterna, para que conozca a una hermanita y sea feliz… Es un hombre bueno… siempre ha andado conmigo… una vez estuvimos labrando ladrillos en Medialuna… fue en 1985, la situación estaba jodida… nos fuimos a Medialuna… dormíamos en un tanque de agua porque la casita que estuvimos levantando con ladrillo crudo se derrumbó y casi nos aplasta… Arolín cocinaba, me lavaba la ropa… tan bueno que es mi hijo… Una vez fuimos a vender pescado… fue cuando renuncié a la KAR… no vendimos casi nada, estábamos regresando y me asaltaron, se llevaron mi casaca con mis documentos y plata… nuestro mejor hijo… Abre los ojos, me voy, papá, mañana vengo… Se inclina, me da un beso en la frente, se va… Carolina regresa, llora… Cuando estábamos en Cangari le compré su caballito… Lorjarda la cuidaba cuando era chiquita y estábamos en Vitarte… Siempre me alcanzaba un plato de comida… para María nada… Rezo por ella para que Jehová limpie el rencor que tiene en el corazón… Me voy, papá… llora… te quiero, papá Cuando estemos todos juntos en el Reino de los Cielos formaremos una gran familia… una gran familia de creyentes… de adoradores de Jehová… Mamá, papá, mi abuela Cristina, mi abuelo Marianito, mi tatarabuelo Prudencio Luján, Lauro… mamacha Felicitas, taita Julián, Anaclo, Graciela, Teodora, Juan Rejano, Antonia, Inquicha… Juan Ignacio y Eva Cristina… y María… María… mi María… siempre con una sonrisa en los labios María…. María… mi María… toma mi mano así, tus manos y mis manos juntas… ¿Te acuerdas cuando nos vimos por primera vez? Yo pasaba con mi papá frente a tu chacra y lo saludaste: buenos días, taita Ignacio… Buenos días, hijita. ¿Quién es esa gordita, papá? Es María, la hijita del Uchu Mayor… María… Cuarenta y seis años juntos… Cuarenta años desde que escuché la Palabra inspirada de Jehová por primera vez en mi vida… fue en 1967… gracias a don Pedro Vargas… Jehová me devolvió la salud… derrotó a las brujas y brujos que quisieron destruirme… María… mi María La arena blanca… el mar turquesa… el cielo azul poblado de gaviotas… el viento que mueve las palmeras… el sol quemando con intensidad… ¿cómo se llamaba esa playa que visitamos hace dos veranos?... María… mi María
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