
Hasta ayer eras niña, / hoy fuiste mi mujer. / Mis manos recorrieron tu piel, / mis caricias te estremecieron, / mis boca besó tu boca, / no lo podía creer, / te me entregaste toda, / me diste tu cuerpo, tu alma, tu ser.
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Estos versitos los escribí en mayo de 1988, hace 21 años ya. Diablos, qué de prisa ha pasado la vida.
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