
Su última opción fue pedirle ayuda al diablo. Le prometió entregarle su alma si salía del problema en que estaba metido.
Un par de días después, le llegó la noticia que una lejana tía suya había fallecido dejándole un buen dinero como herencia.
Pagó sus deudas.
Una noche, en sus sueños, se le apareció el diablo y le dijo que pronto vendría por su alma. Ya te di lo que me pediste. Entrégame lo que me ofreciste.
El viejo pensó que había sido una pesadilla nomás y no le dio importancia.
Otra vez soñó con el diablo. Le dijo que al día siguiente, a medianoche, vendría por su alma.
El viejo despertó más desesperado que nunca. No sabiendo qué hacer, se lo contó a su mujer. Esta fue donde el sacerdote. El padre le dijo que hiciera esto y aquello cuando viniera el diablo.
A medianoche, marido y mujer escucharon el galope de un caballo.
La mujer salió al encuentro del diablo. Era un hermoso caballero, elegantemente vestido, que montaba un enorme caballo negro.
–¿Está tu marido?
–Ahorita lo llamo –dijo ella.
Entró a la casa. Salió con un recipiente lleno de agua bendita y lo arrojó al diablo. Diablo y caballo se hicieron humo.
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Esta historia la contaba mi padre.
Muy bueno!
ResponderEliminarPero espero que ya no intente mas acudir al diablo...
Es mejor ser pobre, pero al menos conservar tu alma.
P.D: Me encanto la foto que pusiste