Los albañiles

Se gana bien, cuando hay chamba, pero me tengo que sacar la mierda, escuché que le decía Fausto al vecino. Este dijo que ahora apenas si podía hacer trabajitos por medio día porque se cansaba rápido. Como ayudante tenía que abastecer a los maestros de mezcla, agua, ladrillos, dijo Fausto. En una semana bajé como cuatro kilos. Yo los escuchaba en silencio, sin intervenir, pensando que esa pudo ser mi suerte, pero hace veinte años decidí labrar mi propio destino, renuncié a Multitemp, me preparé, postulé a la universidad, ingresé, acabé mi carrera y ahora me gano la vida tranquilamente, no ganaré un platal, pero tengo una chamba que me permite hacer lo que más me gusta. Pero gratis no ha sido.