Te extraño,
extraño tu
risa de loca,
tus aires
de monga,
tu voz, tu
canto.
Extraño
esos días
en que me
querías,
días que no
volverán,
que se
alejan más y más.
Te extraño,
extraño
esas tardes
en que te
confundía con un ángel
y yo estaba
enamorado.
Ahora nos
separa el mar
y en esta
soledad
quisiera
tenerte conmigo
para no
tener el corazón herido.
Pero ya no
volveré,
pensando en
ti moriré,
extrañando
tus ojos,
sin poder
decirte que te adoro.
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