Se acaba marzo, y con él el verano. Es un mes en el cual he seguido corrigiendo/reescribieno "El cazador nocturno", novela que retomé a fines del año pasado y logré terminar un segundo manuscrito, ahora estoy a punto de concluir el tercer manuscrito, ya tengo 245 hojas de 251 hojas, después haré una pausa, no para tomarme café, he dejado este sano placer por salud, y la retomaré en mayo para tratar de terminar este año el cuarto manuscrito. Qué fácil es escribir un par de hojas al día, una novela en unos cuantos meses, pero el producto final sería mierda y ese no es el objetivo. Hay que trascender y no pasar por esta vida sin haber dejado huella.
Mañana cumplo un mes en mi nuevo trabajo y me siento contento. Hasta ayer tenía tiempo de desistir, decir ese colegio no me gusta, me regreso a mi antiguo colegio porque allí están mis amigos, pero sería volver a sumergir la cabeza en el fango y no quiero eso, cinco años fueron más que suficientes, además, yo siempre pienso en mí y no en mis amigos, no estoy acostumbrado a extrañar a nadie, menos a gente conformista, perdedora, mediocre.
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