Lo gané el 2004. Era mi segundo año en el magisterio. El año anterior había concursado en poesía, pero no pasó nada. Como había ganado los Juegos Florales de La Cantuta en dos oportunidades, pensé que en cuento podía tener más posibilidades. Y no me equivoqué. Junté los cuentos que había escrito en La Cantuta, escribí un par más porque no tenía mucho material, lo mandé al concurso, y gané el primer lugar en cuento con un jurado compuesto por Alonso Cueto y Guillermo Niño de Guzmán. Ese 2004 la familia estaba completa, éramos felices. Un año después fallecería mi mamá, y cinco años después mi padre, pero al menos él gozó de los premios posteriores. En el lugar donde estén, yo sé que son felices viendo al hijo que sigue escribiendo como a ellos les gustaba. Mi mamá estaba orgullosa de decirle a sus amistades que su hijo leía bastante y mi padre de decirle a todo el mundo que su hijo escribía.
Me he tardado siete años en volver a ganar un primer lugar, pero ha valido la pena porque me ha servido para tratar de escribir mejor.
Yo siempre le decía a mi papá que escribiera su historia, pero él nunca se animó a hacerlo. Cuando murió, decidí escribirlo yo, y aquí están los resultados. Con esa plata le haré un bonito nicho, el resto lo invertiré en un negocio, y a seguir escribiendo.
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