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domingo, 30 de agosto de 2009

Dos tipos de cuidado

Uno es mi hermano, el otro, uno de los pocos amigos que tengo.
EL HERMANO: Se casó a los 23 años contra la voluntad de sus padres: estaba en mitad de la carrera, no tenía dónde caerse muerto. Dijo que iba a hacerse hombre, que trabajaría y estudiaría. Su mujer, otra que estaba con una mano atrás y otra delante, dijo que trabajarían, harían su casa, comprarían sus cosas, que los hijos vendrían después. Un año más tarde, tenían su primer hijo, él estaba trabajando de obrero, había dejado la universidad, el sueldo no le alcanzaba para mantener tres bocas, siempre venía a la casa a pedirle un pan a la vieja. Lo mismo hizo hasta que la vieja se murió. Para entonces tenía tres hijos, a duras penas había terminado la carrera pero no tenía el título y sobrevivía enseñando en colegios particulares que te pagan mal y nunca son puntuales. Mi madre se murió odiando a la mujer de mi hermano porque esta, cada vez que aquel estaba con los bolsillos vacíos, lo botaba de su casa. La siguiente víctima de mi hermano fue mi padre: papá, ¿tienes un sol?, papá, préstame para el pasaje. Dale y dale hasta en el lecho de agonía de mi padre, que murió puteándolo. Y ahora soy yo a quien recurre él cuando no tiene ni para un pan, pero yo siempre le digo su vida y le digo que no tengo. Ya no es un niño, ¿hasta cuándo estará así? Hace tiempo que está metido aquí, separado de su mujer, pero hace unos días me dijo de repente me reconcilio. Pobre idiota que no aprende de los golpes que le da la vida.
EL AMIGO: Siempre me hablaba de negocios, de dinero, que el hermano le iba financiar, que había visto un local, que necesitaba tanto, pero solo era palabrería. Hace un par de años de sacó un dinerillo, que no es mucho, apenas para el pasaje y el menú de una semana, pero no me lo devuelve, y ya ni viene, siempre solía venir los sábados para chatear, pero ahora se aparece una vez cada tres o cuatro meses, y a veces me sigue hablando de negocios, que necesita un garante para un préstamo, etc. El imbécil está esperando que le diga perfecto, yo pongo el dinero y tú la mano de obra. Que le den por el culo. Así como a mi hermano le digo sus verdades, la siguiente vez que venga este sujeto se lo diré. Y lo peor es que viene y dice a ver si vamos a tomarnos unas cervezas y comer algo a fin de mes, pero nunca viene a fin de mes, seguro espera que yo le diga vamos pues, yo invito. A ese tipo ni una gota de agua.

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