El lunes amanecí con una gripe feroz y un dolor de cabeza insoportable. Antes no me dolía la cabeza nunca. Esa es la secuela que me han dejado los últimos problemas, o será que ya estoy viejo y el cerebro no es la misma máquina de antes, que solo se dedicaba a pensar, a imaginar, ahora ando alerta, viendo enemigos por todos lados, temiendo una emboscada. Antes leía en las combis mientras iba a la chamba, ahora ya no lo hago, ahora me dedico a estar alerta, a maquinar argumentos de defensa, a analizar mi situación, a estar con los ojos bien abiertos. No sé hasta cuándo durará esta huevada, esta pesadilla.
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