En los últimos años, escribir me ha salvado el pellejo, o me ha permitido sobrevivir. Cuando he estado más cagado, me ha caído un dinerillo para aliviar mi alicaída situación, como ahora, en que las he hecho de negro literario y he tenido que vender mi pluma, pero no me quejo, gané un dinerillo y ya lo gasté. Y pensar que hace un poco más de un mes estaba angustiado porque se me venían días negros pero logré salvar mi cuello aunque me he quedado con síntomas de delirio de persecución y a veces me vienen unas angustias que no me dejan en paz. Espero superarlo en cualquier momento.
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