Anoche los volvía a encontrar en la combi. Los había olvidado. Leía el diario y de pronto una carcajada hizo que me olvidara de los crímenes, atentados, precio del dolar y la gasolina. Allí estaban los dos, ella hablando con ganas, con la sonrisa en su rostro de niña, con la risa fácil, copiosa, abundante, torrencial, él escuchándola, hablando a veces sin mucho ímpetu, ella mirándole, ella festejando sus propios chistes. Ella debe tener unos veinticinco o ventiséis años a lo mucho, se nota que él le dobla la edad, hasta canas tiene, se está quedando calvo, pero se llevan bien. ¿Serán parejas?, en ningún momento se abrazaron o besaron, ¿serán compañeros de trabajo? ¿Serán amantes? No sé, tuve que bajar antes que ellos. Los envidié, quise estar en el lugar de él, tener una chica así llena de vida, de vitalidad, de alegría. Paciencia, algún día llegará, me dije.
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