Decirle adiós a los sueños, saber que ya no estará en mi futuro, que no despertaré nunca con ella, que sus lágrimas no mojarán mi cadáver cuando llegue la cita inevitable con el silencio, que nunca acariciaré sus manos, que no me volverá a sonreír, que no me reiré con sus aires de niña tonta a pesar de sus años, que no me burlaré de ella con mis bromas estúpidas. ¿A qué más se renuncia con una despedida? A la vida misma.
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El Dúo Arguedas interpreta "Desolación", una bella canción de mi tierra.
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