Hoy fuimos a pie a Cangari, el lugar donde nací. En cuatro años, el camino había cambiado, tanto que casi me pierdo con el Gordo. Vicky ya es una señorita, los primos tienen más nietos, viven felices. Lástima que no pudimos llegar al río porque se había llenado de chacras. Llegamos al puente Viro Viro que crucé hace casi diez años con la vieja y Nacho.
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