Empecé el segundo capítulo del primer manuscrito de "Agonía". En estos capítulos impares, será la conciencia de mi padre el protagonista. Sus recuerdos, las cosas que me contó, las cosas que vivimos juntos, la vida compartida durante cuarenta años estarán en estas páginas.
Empiezo a avanzar con paso seguro en la escritura de esta novela que espero culminar en mayo del otro año para mandarla al Horacio 2011. Todo se puede conseguir con trabajo, esfuerzo, dedicación, porque escribir es un trabajo más. A veces me cae algún día, también la posibilidad de viajar, y esas son enormes satisfaciones, también ver publicado un libro tuyo, dárselo a los amigos, y que estos se alegren, y de paso que sepan que no eres un pobre diablo más.
No busco la inmortalidad, pero tampoco espero pasar por la vida sin haber dejado huellas.
A veces me pregunto ¿qué pasaría si tuviera mujer e hijos? Puchas, mi vida sería un infierno, o algo por allí. Seguro que si me ve escribiendo a las once de la noche me llamará para que le haga el amor y... mejor ya no alucino que así estoy bien y debo guardar imaginación también para "Animal nocturno" que casi está llegando a su parte final.
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