Pensé que mi corazón era de piedra
y cerré mis ojos a las evidencias
un beso tuyo me devolvió a la vida
a la sonrisa.
Siempre llevaré en mi alma
el recuerdo de tu rubor de niña
tus manos chiquitas y heladas
"así son", decías
y yo soñaba con abrigarlas.
Daría los años que me quedan de vida
para abrazarte un solo segundo
para decirte te amo
para que no derrames lágrimas.
Pero ya es tarde
el mal avanza inexorable
por las regiones ignotas de mi ser
un día no tan lejano llegará a mi corazón
y antes de callar para siempre
diré tu nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario