Una novela breve pero intensa de nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Un muerto que cantaba boleros, una chica a quien parece que la falta un tornillo, un coronel que se deja dominar por su hija, un guardia obsesionado en encontrar a los culpables de tan horrendo crimen, un enamorado que chupa como vikingo sin razón aparente, otro guardia templado de una gorda. Estos son casi todos los personajes de esta novela que debería de leer mi "amigo" Javier Matos que ha escrito ocho "novelas" leídas por mucha gente pero que nadie comprende, según sus palabras y para quien Vargas Llosa escribe cosas aburridas. Esta novela la releí después de años, y me gustó más que la primera vez, hasta me quedé con las ganas de volverla a leer. Leyendo a Vargas Llosa se aprende, y mucho.
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