Siempre me he indignado cuando las autoridades hablan mal de los maestros y nos culpan del fracaso de los alumnos. Lo malo que esas autoridades nunca han pisado una escuela pública, y, si lo han hecho, ha sido a la volada, en visita de médico. Otra cosa es estar en el escenario mismo de la batalla, lidiar todos los días con esos alumnos que van al colegio a perder su tiempo, a huevear, que no quieren aprender nada, que se dedican a hacerles la vida imposible a sus compañeros e, incluso, a los profesores, sobre todo a las profesoras, amenazándolas incluso. ¿Y qué pueden hacer las autoridades del colegio? Casi nada, porque las leyes actuales favorecen a los alumnos, a esos no se les pueden tocar ni con el pétalo de una rosa porque uno sale perdiendo. ¿Cuándo entenderán las autoridades que esas escorias sociales están en el mundo por gusto, que invertir en ellos es hacerlo por una causa perdida?
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