Tanto quería el solcito, que salió el sol y me calenté un poquito. Es que soy un hombre friolento. Por mí me puedo pasar horas y horas bajo el sol como una lagartija y sería el hombre, o la lagartija, más féliz del mundo. Que me dará cáncer a la piel, ¿y?, de todas maneras me voy a morir un día, y no esperaré que llegue la Parca, yo iré al encuentro de esa cabrona y le diré aquí estoy, aquí me tienes, ya no me esperes, perra, te quería conocer. Y nos veremos las caras por toda la eternidad.
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