Una anciana, un enfermo, un músico son asesinados. El criminal deja una serie de signos que los matemáticos, entre ellos un argentino que ha llegado a Oxford -y que es el que cuenta la historia tiempo después- tratan de descifrar para descubrir al asesino. Al final resulta que ninguno de los crímenes tiene relación entre sí, que la que mató a la anciana fue su hija, el enfermo se murió de muerte natural y el músico sufrió un infarto pero alguien utiliza estas muertes para ocultar el primer crimen.
Buena novela esta del argentino Guillermo Martínez que releo después de seis años y el encanto de esa primera lectura no se ha roto a pesar de todo el tiempo transcurrido. Recomendable para quienes quieran escribir una novela policial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario