Hay amigos que solo sirven para pedirte favores y, cuando no se los haces, te ponen mala cara, te envían correos sin remitente y destinatario. Hay amigos a quienes haces favores y luego se hacen humo por un tiempo, luego vienen a pedirte más favores y, como ya los conoces, no se los haces y se molestan y se desaparecen. Si esa amistad tiene precio, bien valió la pena esa pequeña inversión. Entre esa clase de amigos y no tenerlos, prefiero no tenerlos. Pero ya volverán, entonces replicaré con ferocidad.
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