Odio, desprecio, detesto a todos esos tipos, tipejos, tipas y tipejas de doble moral, que con una mano, o con la boca, deshacen lo que hicieron con la otra mano o lo que le dijeron a otros y a ti te dicen otra cosa, lo que escriben con una mano adornando, ocultando entre palabras bonitas lo que hacen en la vida cotidiana, lo que hacen para el auditorio, a los que te dicen mañana sí y nunca llega ese mañana, a los que tienen deudas contigo y se hacen los desentendidos, a los que te buscan solo cuando necesitan un aval. Pobre gente. Por sus actos uno los conoce.
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