Día de descanso en el trabajo, pero igual de agitado, y más todavía: cociné para mis sobrinos, almorcé con mi sobrinita, a quien le serví el desayuno, la mamá parece que está pintada, fui a dejar una novela para el concurso de la Derrama Magisterial para lo cual recorrí media ciudad, conocí a una profesora de historia que escribe, compré mi primer libro de cuentos, regresé, y terminé con un dolor de cabeza: la carretera es un caos. A dormir.
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