En la victoria todos son tus amigos. Lástima que a mí no se me ha dado la capacidad del olvido. Yo suelo replicar con ferocidad. Nada me ha sido dado gratis, tampoco lo he querido y ni lo aceptaría. Hay que tener agallas para mentir, estafar, jugar, y seguir en pie encima enarbolar el estandarte de persona honorable. Pero todo cae por su propio peso. Es verdad que el mundo da vueltas. Y las da bien. Entre más alto la subida, peor la caída.
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