Tu rostro albo
estaba colorado
como el ocaso.
Besé tus labios,
sentí el latir de tu corazón,
vi en tus ojos un nuevo fulgor.
Fue el primer beso,
fue el comienzo
de esta historia
que guardaré en la memoria
hasta el último de mis días
mi querida niña.
estaba colorado
como el ocaso.
Besé tus labios,
sentí el latir de tu corazón,
vi en tus ojos un nuevo fulgor.
Fue el primer beso,
fue el comienzo
de esta historia
que guardaré en la memoria
hasta el último de mis días
mi querida niña.
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