Hoy llevé a mis sobrinos a almorzar y a comprarles sus presentes por navidad. Después del chifa, nos fuimos al parque de diversiones. Estaban jugando de lo más felices, cuando un tipo me preguntó si esos chicos eran de algún albergue, le dicen tío pero ninguno se le parece. Qué se me van a parecer si todos son de distinto padre, pensé yo. Les dije que sí. Y empezamos a hablar del cariño que deben recibir los chicos, de los desgraciados que son los hombres, etc., etc. Nunca me reí como hoy. Le conté a los chicos y también se rieron de los lindo.
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